“Solicitud
de remisión del listado de fondos públicos de la Administración general del
Estado, destinados a pagar posibles favores sexuales, amistades especiales,
silencios, compras de voluntades y aventures cárnicas del anterior jefe de
estado durante los años de su mandato, con detalle de las cantidades abonadas y
de las persones beneficiadas”.
La
solicitud viene de un senador por el partido Compromís. No voy a juzgar las
miserias del anterior jefe de estado. La prensa y la opinión pública ya se han
encargado y posiblemente se encargarán mucho más de juzgarlas (aunque creo que
siempre deberíamos matizar el valor de la palabra miseria). Sinceramente, me ha
impactado utilizar en esta petición oficial con membrete del senado, la
expresión “aventuras cárnicas” y sobre todo imaginar la dificultad que tiene
que ser buscar cifras para contabilizarlas.
Afortunadamente,
Don Juan Carlos tiene tiempo para arremangarse y escudriñar en aquellas cajas
donde acumulamos viejos papeles, recibos y facturas, cualquier justificante de
sus escarceos, con o sin protección. Puede abrir un excel e ir rellenando por
columnas fechas, beneficiado y concepto: ramos de flores, habitaciones de
hoteles, regalos u objetos varios que ayudaron a sus menesteres sexuales. ¿Con
IVA o sin IVA?
Es más, impactado por ese
interés fiscal por acreditar las aventuras cárnicas, me he querido informar y
preguntar a una de las meretrices que viven de ellas si después de un servicio
podría emitir un justificante.
“No
hace falta especificar el tiempo. Con poner la fecha y el importe es
suficiente”, le he aclarado.
Me
colgó por rarito. “Y eso que en mi trabajo me sobran las peticiones raritas,
pero la de usted me supera”.
No le tengo inquina.
Para qué negarlo. Quizá por haber crecido viendo su cara y envejecido con él.
La historia será la que le juzgará, como siempre se dice, pero está claro que
para bien o para mal ha tenido en ella un peso específico importante. Sin
embargo, parece ser que nuestro abuelito simpaticote y campechano dejaba mucho
que desear en su vida marital.
En pleno siglo XXI a los
monarcas caídos en desgracia ya no se les pasa por la guillotina. La sociedad
ha evolucionado y el actual cadalso es publicar con pelos y señales todos sus
excesos en la prensa, ser carne de comentarios en los medios de comunicación y
redes sociales y arremeter sin rubor en su contra, porque el respeto se gana, no
se obtiene por nacimiento.
“No admitir a trámite ya
que se solicita una documentación que constituye información clasificada, de la
cual legalmente solo se puede dar cuenta a través de los medios establecidos en
la legislación en materia de secretos oficiales y gastos reservados”.
Ufff. Menos mal. Si te
apellidas Rey, has sido una mujer Bárbara y te has abrazado con fervor a la
monarquía, aún existen privilegios.
¡Vaya trabajo que se ha
ahorrado nuestro abuelito!
El abuelo tiene un plan.
Paco Martínez Soria, Isabel Garcés
Año: 1973. Director:
Pedro Lazaga
Estudios Roma Filmayer
bueno , pues no me llamo de apellido Rey y soy el rey de mi vida. ahhh el hijo tampoco es manco ehhh, se va a Japon , en la epoca de flloracion de los almendros , que coño hara ahi , y en ese momento el Marianico le sube el sueldo...ah y bajan la asignacion a la pobreza infantil........bueno , callo , que esto no es un blog politico,,,,,,,,suerte
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