Como
el estratosférico salto de longitud de Bob Beamon en 1968 o los más de 13 centímetros
de pelo que rebosa de las orejas de Radhakant
Bajpaien en la India, todas las plusmarcas mundiales acaban teniendo siempre fecha
de caducidad. Solo es cuestión de tiempo que las técnicas de entrenamiento
mejoren la capacidad física del ser humano, o que alguien sea más guarro que el bueno de Radhakant y tarde más lustros en cortarse el vello de las orejas.
Job durante
años soportó pacientemente penurias por culpa de la apuesta que se cruzaron
Dios y Satán, aburridos ambos un sábado por la tarde. Ganó el primero, que le
colmó de riquezas y años extra de vida y perdió el segundo, que retornó al
infierno maldiciendo la paciencia de Job y juró encontrar a un nuevo santo que le
bajara del pedestal al que Dios le había subido. Vete aquí que más de dos mil
años después lo ha conseguido.
El nuevo Job
es español y vive en la localidad sevillana de Cantillana. El hombre tenía en
2003 un Ford Sierra que, averiado, decidió llevarlo al mecánico. Éste le pronosticó
unos 25 días para arreglarlo y le pidió un adelanto de 2.000 euros de los 2.500
en que le presupuestaron la reparación. Catorce años después todavía espera que
su coche salga con el motor encendido por la puerta del taller.
Semana tras
semana nuestro Job, sin perder la paciencia, iba a preguntar por su Ford Sierra
y cuando no era un problema familiar, era la falta de tiempo y el exceso de
trabajo del taller, o una pieza que
faltaba y que tenía que venir de Alemania (es un decir, porque normalmente las
piezas que faltan siempre vienen de Alemania). Pero él nunca desconfió, “porque
me fiaba
plenamente de la profesionalidad de estos mecánicos”.
Pasaron los meses y de su mano las estaciones, las navidades
y las semanas santas, y nuestro Job seguía semanalmente peregrinando al taller
para recibir una palmadita en la espalda tras pedirle tiempo, porque la pieza
esa que había de venir de Alemania la traía Miguel Strogoff junto con el correo
del zar. Nuestro Job sevillano se compró un
nuevo coche, cansado de ir a todos los sitios andando o en autobús, y cinco
años, más de 200 visitas al mecánico y otras tantas palmaditas en la espalda después,
decidió en 2008 denunciar al taller a la guardia civil, “porque empecé a creer
que ya no me lo iban a devolver”…
Pero la
justicia, capaz de mostrarse rauda y eficaz ante cualquier amago
anticonstitucional, nueve años después sigue sin poder devolver el coche a su
dueño y su denuncia ha sido archivada.
Desconocemos
el papel de la mujer de Job en esta historia. No sabemos ni siquiera si estará
casado, pero si lo está, tenemos escalofríos de pensar en la puyas de su esposa
cada vez que vuelva a casa del trabajo y en el recochineo de sus cuñados cada navidad.
No sabemos si tiene descendencia, pero si la tiene sentimos pena por su hijo de
catorce años que pronto va a dejar el instituto y sigue sin haber conocido el
Ford Sierra de su padre.
Desde aquí
pedimos a la Ford que premie a nuestro amigo sevillano por tamaña fidelidad a
una marca, pero sobre todo le animamos a que no pierda la paciencia.
Job nos ha
hecho caso y su abogado de oficio ha anunciado a la prensa que van a poner una
nueva denuncia al taller mecánico… “Hermanos Capdevila”.
¡Catalanes
tenían que ser!
Inside Job. Matt Damon
Año: 2010. Director: Charles Ferguson
Sony Pictures Classics
Inside Job. Matt Damon
Año: 2010. Director: Charles Ferguson
Sony Pictures Classics